El ensilado es un proceso ampliamente utilizado en la agricultura y la ganadería que permite conservar y almacenar forraje de manera eficiente. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el ensilado, cómo se lleva a cabo, las diferencias con el heno y daremos unos consejos para conseguir el mejor ensilado. Acompáñanos
¿Qué es el ensilaje?
Técnica de conservación del forraje que consiste en la fermentación anaerobia, sin oxígeno, de los carbohidratos solubles presentes en los forrajes. Esto produce ácido láctico que disminuye el pH e impide a los microorganismos no deseados crecer.
¿Para qué sirve el ensilaje?
Su utilidad radica en la oportunidad de almacenamiento del forraje húmedo y en el aumento de la carga animal por hectárea. Además, permite la conservación del valor nutricional de un momento concreto en el desarrollo vegetativo y la higiene y palatabilidad del forraje.
Qué animales consumen el ensilaje
Cualquier animal rumiante que tenga el rumen funcional.
Diferencias entre ensilaje y heno.
El proceso de henificado también es una técnica de conservación del forraje consistente en la disminución de la humedad de la planta, por debajo del 18% aproximadamente, con la energía solar. Esta reducción de humedad impide la respiración de la planta y de los microorganismos presentes en ellas y permite conservar los nutrientes de la fibra durante largos periodos de tiempo en condiciones aerobias.
Las diferencias son:
- Estado vegetativo: el ensilado se realiza con un estado vegetativo de la planta más temprano por lo que influye en la composición nutricional de la planta. Por lo general, un mismo forraje ensilado siempre será más digestible y tendrá mayor rendimiento en leche por tonelada que si estuviera henificado.
- Conservación en presencia de oxígeno: el ensilado requiere de condiciones anaerobias (ausencia de oxígeno) mientras que el henificado no.
- Condiciones climáticas: el henificado requiere de periodos secos prolongados y con elevada radiación solar.
Consejos para elaborar el ensilado y manejarlo
La obtención de un buen ensilado consiste en la suma de detalles.
Los puntos donde deberíamos pararnos y poner consciencia de su adecuada realización son:
Cultivo
No todas las especies forrajeras sirven para el proceso de ensilado y que de las que sirven no todas ensilan de la misma manera o con la misma facilidad.
Cosecha
Va a depender del estado vegetativo de la planta, de la hora del día y de la fecha del último abonado (higiene).
Además, la altura de corte de la planta puede condicionarnos en gran medida el resultado final del proceso. Podemos hablar de fermentaciones anómalas por clostridios a causa de un elevado contenido en cenizas (tierra), por ejemplo.
Pisado y/o Compactación
El primer requisito para que la fermentación se produzca es que no haya oxígeno en el ambiente.
El picado del forraje y la materia seca del mismo influyen directamente en la compactación del producto.
- A menor longitud de la fibra, mayor compactación.
- A mayor materia seca, menor longitud de fibra para conseguir un buen pisado.
Pero recuerda, el punto de inflexión está en que los rumiantes necesitan un tamaño de fibra mínimo.
Podemos decir que una buena compactación es aquella que supera los 700 kg/m3 para cereales de invierno y 800 kg/m3 para maíz.
Cierre y Sellado
Debemos tener en cuenta que necesitamos mantener el ambiente de anaerobiosis, ausencia de oxígeno, y que la conservación será por un largo periodo de tiempo. Por ello necesitamos materiales que:
- Impidan el intercambio gaseoso.
- Resistan posibles deterioros ambientales.
- No permitan la entrada de agua.
- No sobrecalienten el producto del interior.
- Ejerzan presión continua y homogénea.
Fermentación
Para dirigir la fermentación por el camino adecuado y evitar posibles complicaciones podemos usar modulantes de la fermentación: ácidos orgánicos y/o bacterias y encimas.
Desensilado
Fase en la que el oxígeno vuelve a entrar en contacto con el forraje provocando que microorganismos no deseables puedan volver a crecer. Es crítico en épocas cálidas y húmedas.
Se recomienda:
- Avance óptimo: 50 cm/día (cuanto más mejor).
- Realizar cortes limpios que impidan la entrada de oxígeno.
- Evitar encharcamientos en el frente.
- Evitar que el sol y la lluvia incidan directamente.
En conclusión, el ensilado es una técnica fundamental en la agricultura y la ganadería que permite conservar y aprovechar al máximo el forraje.