
Cultivar tomates en casa es una actividad gratificante que no solo te conecta con la naturaleza, sino que también te permite disfrutar de frutos frescos, sabrosos y sin químicos. No importa si tienes un jardín, una terraza o simplemente un balcón soleado: con los cuidados adecuados, es posible obtener una excelente cosecha incluso en espacios pequeños.
En esta guía te explicamos paso a paso cómo empezar, desde la elección del lugar y la preparación del suelo hasta la siembra, el trasplante, los cuidados esenciales y la cosecha de tomates.

Elegir la variedad de tomates:
Elegir bien la variedad es clave para el éxito. Existen muchas clases de tomates, y cada una se adapta mejor a distintos espacios y necesidades:
- Tomates cherry: pequeños, dulces y muy productivos. Ideales para macetas o balcones.
- Tomates tipo Roma o San Marzano: alargados y con mucha pulpa, perfectos para salsas.
- Tomates grandes (como Corazón de Buey o Brandywine): carnosos, jugosos, ideales para ensaladas.
- Tomates de colores (Green Zebra, Black Krim): más decorativos y con sabores distintos.
Si tienes poco espacio, lo ideal son variedades determinadas (crecen hasta cierto punto), pero si tienes jardín o una terraza grande, puedes probar con variedades indeterminadas (crecen continuamente y producen más tiempo).
Seleccionar el sitio adecuado para cultivar:
Los tomates necesitan mucha luz solar para desarrollarse bien, al menos 6 a 8 horas de sol directo al día. Buscá un lugar donde no haya sombra de árboles o paredes durante el día.
También es importante que el sitio esté protegido del viento fuerte, ya que puede dañar las plantas jóvenes o tumbarlas cuando están cargadas de frutos. En caso de usar macetas, asegúrate de que tengan buen drenaje.
Prepara el suelo antes de plantar los tomates:
Un buen sustrato es esencial. Los tomates necesitan un suelo rico en materia orgánica, suelto y bien drenado.
- Si plantas en el suelo del jardín: remueve bien la tierra y añade compost, estiércol maduro o humus de lombriz.
- Si usas macetas: utiliza un sustrato específico para hortalizas o una mezcla de tierra vegetal, compost y fibra de coco o perlita.
💡 Truco: Añade cáscaras de huevo trituradas o un poco de ceniza para aportar calcio y evitar enfermedades como la podredumbre apical.

Cuidado de tomates: riego y fertilización.
Si te has decidido a plantar tomates en casa, el riego y la fertilización son dos aspectos clave.
- Riego: Los tomates necesitan agua constante, pero sin encharcar. Lo ideal es regar por la mañana o al atardecer, siempre dirigiendo el agua a la base de la planta.
- Fertilizante: Aporta abono orgánico o fertilizante específico para tomates cada dos o tres semanas. Durante la floración y el desarrollo del fruto, es importante un aporte extra de potasio.
Control de plagas en los tomates:
Los tomates pueden verse afectados por pulgones, mosca blanca, araña roja o mildiu. Para prevenir o tratar:
- Plantación asociada: Cultiva albahaca, caléndula o cebollino cerca de los tomates, ya que repelen plagas.
- Tratamientos ecológicos: Puedes aplicar jabón potásico, extracto de neem o infusiones caseras (como ajo o cola de caballo).
Revisa las plantas una o dos veces por semana para detectar problemas a tiempo.
Consejos adicionales en el cultivo de tomates:
Para cosechar tus tomates en casa, deberías de tener en cuenta estos recomendaciones adicionales:
- Entutorado: Usa cañas, estacas o jaulas metálicas para mantener la planta erguida.
- Poda: Elimina los brotes que salen entre el tallo y las ramas (chupones) para que la planta concentre su energía en los frutos.
- Cosecha: Recolecta los tomates cuando estén maduros, con un color uniforme y se desprendan con facilidad.
Con estos cuidados básicos, podrás disfrutar de tomates sabrosos, ecológicos y cultivados por ti mismo. ¡Y verás que no hay nada como el sabor de un tomate recién cogido de tu propia planta!