En el vacuno de leche el agua es uno de los principales nutrientes ya que constituye el aporte más inmediato e importante de estos animales.

El consumo de una vaca adulta varía según la época del año, entre 120-180 litros/día. En verano el consumo de agua aumenta aproximadamente 1.5 litros por cada grado de aumento de temperatura ambiental. Y un 18% más de consumo de agua en animales sin sombra con respecto a los que la tienen.

El ganadero es el encargado de cuidar de su ganado y de preocuparse por su bienestar. Por eso, es importante que gestione de forma óptima el suministro de agua en calidad y cantidad adecuada a sus animales. La presencia de agua en malas condiciones, reduce la producción de leche rápidamente más que cualquier otro nutriente. Por lo tanto, el ganadero debe conocer y controlar los parámetros microbiológicos y fisicoquímico del agua destinada a sus animales. Se debe realizar analíticas periódicas del agua, para detectar cualquier tipo de problema y anticiparse. Es importante tener en cuenta que el agua de red no tiene por qué ser de buena calidad y hay que analizar el agua tratada frecuentemente para comprobar la eficacia del tratamiento que aplicamos.

Actualmente, no existe una legislación específica que indique que calidad debe de tener el agua de consumo para el ganado. En la Cooperativa contrastamos los resultados con los valores indicados en el RD 140/2003, que legisla los parámetros de calidad que tiene que tener el agua destinada al consumo humano, de esta manera aseguramos que la calidad del agua que los ganaderos dan a sus animales sean de la máxima  calidad. En general el agua debe ser limpia, es decir, exenta de olores, sabores e incolora. Además de disponer de un acceso fácil y directo para ser utilizada cómodamente por nuestros animales, según los principios del certificado en Bienestar Animal Welfare Quality.

El agua que encontramos en las granjas, además de no estar libre de microorganismos (bacterias, virus, etc.), puede contener algún sólido en suspensión, tener la dureza elevada y el pH no adecuado para que la desinfección sea efectiva. Resulta imprescindible acondicionar el agua antes de la aplicación del desinfectante. Las más útiles para aplicar a aguas de esta zona geográfica son:

  • Descalcificación: Este sistema utilizara resinas que intercambian iones de calcio y de magnesio (principales responsables de la dureza de nuestras aguas) por iones de sodio y potasio, que son inocuos.
  • Regulación del PH: Importante para la posterior desinfección. Cada desinfectante actúa en un rango diferente de PH, es importante que trabaje en su óptimo para tener todo el rendimiento del producto.
  • Desnitrificación: Equipos automáticos, mediante resinas de intercambio iónico. Es un tratamiento costoso, tanto en procesos como en procedimientos. Se necesita evaluar cada caso, tanto procedencia de nitratos como opción más adecuada de tratamiento. Si tenéis dudas los Servicios Técnicos COVAP pondrá ayudaros en una consulta.

Otro parámetro a tener en cuenta es la temperatura, puede afectar al consumo de agua. En bovino a medida que aumenta la temperatura del agua disminuye su efecto refrescante, sin embargo, el mayor consumo de agua, aumenta a medida que aumenta la temperatura del agua hasta 17 y 24 ºC (Lanham et al., 1986). A temperaturas por encima de 28-30ºC el consumo disminuye respecto a un agua con una temperatura de 10 ºC (Milam et al.,1986; Wilks et al., 1990).

El agua generalmente necesita de un tratamiento si queremos evitar riesgos innecesarios. Los productos para la desinfección de aguas, existentes en el mercado, están regulados por la orden (3719/2005) sobre productos para el tratamiento del agua de consumo. Dependiendo de la calidad físico-química y microbiológica del agua, se aplicará el método más adecuado de potabilización para dicha granja. Los tres métodos más utilizados para la desinfección del agua son:

  • Peróxido de hidrógeno: No aporta olor ni sabor al agua, pero necesita dosis elevadas para ser efectivo. Si el agua es muy rica en hierro, debemos considerar esta opción. Eficaz frente a bacteria, virus, pero no protozoos y algas.
  • Dióxido de cloro: Potente oxidante, genera pocos subproductos. No aporta ni olor ni sabor. Destruye gran parte de los microorganismos patógenos, eficaz contra bacterias, virus, protozoos y algas. Menos sensible a PH altos. Muy efectivo. Elevado coste de instalación y mantenimiento moderado. Dosificación en bajas cantidades. Alto poder de potabilización. A tener en cuenta el periodo de caducidad.
  • Cloración: Tiempo mínimo de contacto con el agua, es barato. Su eficacia se reduce a PH alto y aumenta con la temperatura. Cuidado con los subproductos procedentes de la cloración.  Eficaz contra Bacterias, Virus, Protozoos y algas.

Debemos de tener en cuenta el tipo de bomba de dosificación que utilicemos para usar cualquiera de estos productos, debería de ser digital para ajustar correctamente la dosis. La vida media de la bomba y de la instalación dependerá del producto utilizado. Además, la misma bomba puede servir para varios productos desinfectantes.

Sobre todas estas indicaciones, está el manejo como requisito fundamental. De nada sirve, preparar el agua para potabilizarla y desinfectarla correctamente, si no mantenemos una correcta limpieza de bebederos. El protocolo de limpieza para bebederos debe ser diario.

Si tienes dudas sobre cómo gestionar el agua de tu granja ponte en contacto con el equipo de Servicios Técnicos de COVAP en el 957 77 38 88 o puedes hacernos llegar tu mensaje a través del apartado contacto.